Un árbol de rosas
Cuando fuimos a vivir a Top Lodge
mi madre me dio un árbol de rosas.
No tuvo que pagar por él,
estaba creciendo ya ahí,
alto y viejo, sobre el camino de grava
donde solíamos andar en nuestros patines.
A nadie más se le permitía cortar
los enormes pétalos blancos que olían dulcemente.
Fue mío todo el verano.
En octubre nos mudamos otra vez.
Pero aun cuando no volví a verlo
no pude dejar de sentirlo mío:
uno de esos eternos presentes.
En la nueva casa tuve un pato.
Suscríbete para recibir actualizaciones
Comentarios
Más de Fleur Adcock
Los más leídos
- Lluvia sobre el tejado de Janet Frame 840 visitas
- A mi hermano gemelo de Ian Wedde 760 visitas
- Pensamientos en torno a un proverbio sufí de Hone Tuwhare 704 visitas
- La muerte de Sócrates de Michael Jackson 635 visitas
- Desempleo de Janet Frame 583 visitas
- Estas flores blancas de C. K. Stead 479 visitas
- Hierro salvaje de Allen Curnow 456 visitas
- ¿Por qué no hablas conmigo? de Alistair Campbell 384 visitas
- Incidente de Fleur Adcock 373 visitas
- Instrucciones para leer un poema de Glenn Colquhoun 345 visitas
- Vida interior de Jenny Bornholdt 324 visitas
- Amigo de Hone Tuwhare 292 visitas