Vida interior
Comparto mi cama
con mi esposo,
un inhalador para el asma,
y a menudo, bajo las almohadas,
dos plumas. La vida nunca
ha sido muy buena. En la mañana
me levanto y están las tazas
y los platillos: uno siempre
acompañado del otro.
Me siento afortunada de saber
cómo se siente una taza de harina.
La forma en que esta harina,
con agua, se vuelve pan.
Con huevo, pastel.
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