Esa mariposa
- Poema de
Fleur Adcock - Traducido por
Rogelio Guedea - 0 Comentarios
(Irene Adcock, 1908-2001, in memoriam)
Es verdad lo de la mariposa
-una pavo real, inusual ortiguera-
que irrumpió en mi ventana abierta.
Tú estabas en tu ataúd en Nueva Zelanda.
Yo estaba aquí, en mi cálido estudio de Londres,
intentando modular mi voz para trabajar
como Marilyn sostenía el teléfono
sobre tu rostro muerto. No podías esperar:
aleteabas de súbito para consolarme.
No eras de una belleza llamativa, querida madre,
pero tu personalidad era un arcoiris luminoso,
y tu generosidad tenía aterciopeladas alas.
Suscríbete para recibir actualizaciones
Comentarios
Más de Fleur Adcock
Los más leídos
- Lluvia sobre el tejado de Tayi Tibble 1.2k visitas
- A mi hermano gemelo de Ian Wedde 1k visitas
- Pensamientos en torno a un proverbio sufí de Hone Tuwhare 817 visitas
- La muerte de Sócrates de Michael Jackson 707 visitas
- Desempleo de Tayi Tibble 666 visitas
- Estas flores blancas de C. K. Stead 534 visitas
- Hierro salvaje de Allen Curnow 481 visitas
- Incidente de Fleur Adcock 449 visitas
- ¿Por qué no hablas conmigo? de Alistair Campbell 429 visitas
- Instrucciones para leer un poema de Glenn Colquhoun 390 visitas
- Vida interior de Jenny Bornholdt 339 visitas
- Amigo de Hone Tuwhare 337 visitas