Un paseo con tu padre
Antes de hacer cualquier cosa, revisa tus pulmones.
¿Son del tamaño adecuado para ti, eres tú del tamaño adecuado para ellos?
¿Están bien y bien ceñidos a tus costillas y columna vertebral?
No te preocupes si están un poco grandes para ti, se ajustarán cuando crezcas.
Sin embargo, deben estar llenos; no los querrás vacíos.
Tienes un largo camino por delante.
Coloca tu mano dentro de tu boca y asegúrate
de que todo está en su sitio, asegúrate de que todas las tuberías y mangueras
que van de los pulmones a la boca estén en su lugar y en buen estado.
Lamentarías cualquier fuga o repentinas explosiones,
es del aire de lo que estamos hablando.
Cierra bien la boca alrededor de este sistema.
Luego verifica tu peso. Si tienes demasiado peso
o demasiado poco no llegarás a ninguna parte. Por cierto,
no es necesario que lleves muchas cosas innecesarias contigo.
Hay gente que se ata costosos cuchillos a las piernas y usan guantes protectores.
No hay ninguna necesidad de nada de esto: un viejo cuchillo afilado y corriente
del cajón de la cocina será suficiente. Y tus manos desnudas, por lo demás.
Quizá se necesiten hacer señales entre tú y él.
Ahora presta atención a tu piel.
Debe sentirse segura y cálida,
pero también que tenga espacio de sobra para moverse libremente.
Hoy en día hay muchos colores disponibles:
todos sirven por igual.
Tus pies, ¿son del tamaño correcto?
Si son demasiado grandes, te cansarás rápidamente.
Si demasiado pequeños, te quedarás atrás.
Quizá mires tus pies
casi del mismo tamaño que los suyos.
Tus ojos, límpiatelos con saliva.
Esto despeja el paisaje.
Ese paso que estás a punto de dar
tendrá que ser más largo de lo acostumbrado.
No olvides desplazarte hacia adelante, nunca hacia atrás.
Mantén tu mano en tu boca para que todo permanezca en su sitio
cuando avances por el sendero.
Gracias a Tangaroa. Gracias a Hinemoana.
Ahora entra ahí debajo,
piérdete en ti.
Hazlo ahora, camina.
Él permanecerá siempre detrás de ti.
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