Juego de Tenis Portátil

Alquilaremos en la playa una casa para vacacionar

con todos nuestros hijos, de siete a veintisiete

y todos se sentirán entusiasmados.

 

 

Llevaremos toallas y bloqueadores solares,

alimentos y otros imprescindibles:

juegos de mesa, repelente de insectos,

 

 

cerveza, una casa de campaña extra, un juego de tenis portátil.

Mis hijos escucharán, y seguirán, instrucciones.

Todos los tuyos sentirán ganas de hablar.

 

 

Nos sentaremos a la mesa a la hora de comer

y contaremos chistes blancos. Y por la tarde,

cabello mojado después nadar, algunos de nosotros

 

 

 

golpearán esa pelota alrededor de ese poste

con raquetas de duro plástico.

La velluda pelota da vueltas, el juego es un buen equilibrio

 

 

entre cooperación y competencia,

nadie quiere que la cuerda se afloje

y se enrede en la espiral de alambre

 

 

para que tengamos que desenredarla mientras maldecimos.

Se trata de mantener la cadencia, como cuando aprendemos

a andar en monociclo. Hay risas,

 

 

golpes semirrítmicos, tierra arrojada por los pies.

 

Hay una luz luminosa que lo abraza todo,

 

no porque hayamos retrocedido en el tiempo

 

 

a los años setenta, sino porque los rayos

del sol se abren paso entre las capas de nubes negras,

lo que podría significar que lloverá mañana,

 

 

 

pero está bien porque traje mi juego hecho a mano

del Monopoly anarquista. El objetivo del juego:

colectivizar toda la propiedad

 

 

y convertir el tablero en un jardín comunitario.

Nadie cae en bancarrota ni hace un berrinche

o esconde los dados debajo de su trasero, todos

 

 

quieren hacer que esto funcione, y esto se logrará

si todos nos unimos, amigos.

Este no será un fin de semana largo para recordar,

 

 

 

será uno más, fusionado con todos los demás,

y cuando revisemos de nuevo las fotografías,

no recordaremos qué episodio de juego de tenis portátil fue.

 

 

¿Te escuché decir cricket de playa? ¿Estás de mi lado?

Nos sentaremos y beberemos amigablemente en la entrada.

Al menos acompáñame con el pescado y las patatas fritas,

 

 

 

acompáñame en el juego de tenis portátil,

la bajada y la subida, el giro de retorno, la vuelta completa.

Nadie puede jugar algo así con una sola mano.

 

 

 

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