El hombre con la pierna de palo
Hubo un hombre que vivió muy cerca de casa;
tenía una pierna de palo y un jilguero en una jaula verde.
Se llamaba Farkey Anderson,
y había estado en una guerra para hacerse de su pierna.
Nos daba mucha pena,
porque tenía una sonrisa hermosa
y nos parecía un hombre tan grande como para vivir en una casa tan pequeña.
Cuando caminaba por la calle su pierna no importaba mucho;
pero cuando lo hacía en su pequeña casa
producía un ruido terrible.
Mi pequeño hermano decía que su jilguero cantaba más alto que todos los pájaros,
para que Farkey Anderson no escuchara su pobre pierna
y así no tuviera que lamentarse demasiado por ella.
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