Desayuno con Raymond Carver

Él dice: ¡por aquí! Dice:

pero tengo que advertirte

que podrían no ser truchas; tal vez podrían ser

pájaros como pequeñas y vacías billeteras marrón en los árboles.

¡Pero qué árboles! Afilados y peludos como la barbilla de un hombre

que se queda echado en la cama todo el día simplemente porque está

lloviendo,

su corazón da vueltas y vueltas como jugando con la tapadera de un frasco,

sacandose al filtro en sólo tres jaladas.

Mira, digo, camelia: carmesí, con estambres como el peinado

de las esposas recientemente rubias. Pero estas son las flores erróneas.

No hay suficiente nieve, o cocinas, cuidados jardines, o camionetas

con la caja llena de hombres y cervezas y cañas de pescar.

No hay suficiente pescado. No suficiente río frío.

Después de la cascada preparé café, y hay una mesa.

No violetas, pero estas magulladas camelias.

Está mirado más allá de la ventada. Está mirando automóviles

avanzando lentamente y algunos weather edificios.

El brazo de un niño y la muñeca de una niña.

Hablamos de vender sofas. Y de amor hablamos, por supuesto.

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